http://www.escenariostec.citep.rec.uba.ar/2015/?q=forum/opci%C3%B3n-1-los-desaf%C3%ADos-de-los-espacios-digitales-en-la-ense%C3%B1anza&page=3
no tengo ni idea de cómo se relaciona con el foro!!!
la consigna de la entrada anterior moviliza a los alumnos
a vos alguna vez te pasaron cosas raras?
los relatos se pisan unos a otros, todos algunas vez fueron testigos o protagonistas de cosas raras
las redes sociales -que nadie usaba para la clase- de pronto se vuelven necesarias para seguir pensando
pero esto arranca de una consigna presencias potente e inquietante
domingo, 1 de noviembre de 2015
viernes, 30 de octubre de 2015
usted flasheó, profe
la profesora está preocupada porque les manda a los alumnos materiales vía FB y los alumnos (que están en FB todo el día)...ningún registro. (estamos en un tercer año de la escuela secundaria)
pero un día la profesora se deja de mandar material por FB y arremete con una actividad presencial que interpela fuertemente a sus alumnos. hablar de cosas raras que te pasaron alguna vez.
acá va el registro de lo que pasó:
El martes llegué al aula y luego de saludar a los
chicos les pregunté si alguno de ellos tenía alguna historia fantástica para
contar, ya que el día estaba lluvioso, algo extraño que les haya sucedido.
Increíblemente TODOS se quedaron en silencio hasta que un chico del fondo
(Justo) me pregunta: “una historia como... ¿qué? No entendí profe”. Les vuelvo
a preguntar, intento reformular la pregunta, les digo entonces si alguna vez
les sucedió algo fantástico y ellos insisten “¿por ejemplo... qué?” “Sí, profe,
díganos un ejemplo”. Ok. Conté mi anécdota mientras todos ellos me miraban con
sorpresa. Cuando terminé se quedaron un rato en silencio, mirándome como si
estuviera loca. Justo, desde el fondo fue el primero en decir algo: “usted
flasheó, profe”. Le dije que podría ser, que tal vez yo flasheé, pero que mi
tía también había visto lo mismo, ¿cómo podía ser eso? De Justo no obtuve
respuesta, sólo me miraba y se reía un poco como si lo estuviera cargando. Una
chica de adelante, Maru, me dice por lo bajo: “profe, yo tengo una historia
así”; le pido que la cuente así todos escuchan. A partir del relato de Maru
comenzaron a surgir otros relatos que hacían reír y asustar a los compañeros.
Más de 40 minutos estuvimos todos escuchando y contándonos historias fantásticas.
Tocó el timbre del recreo, algunos chicos salieron
del aula y otros se quedaron ahí conmigo. Me preguntaban si era cierto lo que
me había sucedido y querían que se los vuelva a contar. Lo hice y otra vez la
ronda de relatos comenzó. En el fondo, dos chicos conversaban, se contaban
historias en tono muy bajito.
Cuando regresan del recreo les propongo a los chicos
que escriban estas historias que nos contaron. Estaban muy entusiasmados. Un
chico (Luis) me pregunta “profe, ¿esto que estamos haciendo es un relato
fantástico?” Le pregunto “¿A vos que te parece?”. Los demás chicos abandonan lo
que habían empezado a escribir y alguien dice “y síii”. Luis me mira para que
confirme. Le pregunto al compañero por qué había dicho que sí y no se anima a
responder, sin embargo otros lo hacen: “sí, porque pasan cosas raras” “sí,
porque hay misterio” “son re flasheros”. Les digo que está bien todo eso, que
esas cosas raras, misteriosas y flasheras forman parte del relato fantástico.
Todos contentos continúan con la escritura.
Comencé a pasear por el aula para escuchar. Muchos
chicos me preguntaban si estaba bien lo que estaban escribiendo. Les dije que
sí, que era su historia y me miraban asombrados. Otros me preguntaban si tenía
que ser suya o si podía ser de otro. Y un chico me llegó a preguntar si podía
escribir tres que se conectaban.
Cuando vi que la mayoría ya había terminado les dije
que miren el grupo de Facebook que a la noche iba a subir un video. Luego
pregunté quién quería leer. Eran muchos. Luis estaba muy entusiasmado, así que
comenzó. No llegó a la mitad de la narración cuando sonó el timbre y nos
tuvimos que ir.
Cuando llegué a mi casa tenía algunas notificaciones
del grupo y un comentario: “profe nos pasaría el video sobre cortazar?”
me gusta la escena para pensar en la complejidad del escenario: la clase tradicional se da vuelta porque la profesora pone en primer plano algo que compromete a los alumnos. entonces la clase presencial se vuelve de pronto otra: todos están interesados en participar de un tema que hasta les da un poquito de miedo. el FB que no funcionaba (y ahí también está lindo para pensar en cómo los chicos discriminan entre sus propios intereses y la invasión docente del FB que es un espacio para otra cosa, no para que lo invada la escuela con sus tareas pegajosas) ahora parece que va a funcionar porque es un pedido de los alumnos y no al revés. pero solo se activa FB porque la clase presencial creó unas expectativas que te la encargo. en resumen , la escena me parece muy linda para pensar en la vorágine en la que estamos metidos!
sábado, 27 de junio de 2015
siento orgullo del pasado del mañana y del presente
“Siento orgullo del pasado del mañana y del presente /siento orgullo de esta
hinchada, soberana y diferente/ Si para conseguir lo conseguido tuviste que
soportar lo soportado/ ustedes dejen la vida en la cancha nosotros dejamos la
vida la dejamos alentando/No se den por vencidos y procedan/ como Dios que
nunca llora/ o como Milito que nunca implora/Siento orgullo verdadero, neutral
y muy profundo/porque Racing siempre será el primer campeón del mundo/ Porque
después de todo he comprendido que/ se goza bien de lo gozado porque siempre
después de todo te das cuenta de que has ganado” (T.S.)
La voz del poeta, que se reconoce como parte de la hinchada
pero recita en una modalidad escolar,
acompaña a las imágenes de la cancha llovida de papelitos, de jugadores en
pleno juego o festejando, de la hinchada alentando, de formaciones de los
equipos en diversas épocas. Tres imágenes rompen la isotopía del conjunto y
crean un efecto de sorpresa y extrañamiento: la del DT (2009) en una foto
bajada de un programa televisivo con un pie que declara: Racing volvió a perder. Caruso no se da por vencido (“no se den por
vencidos y procedan”); la de Milito festejando un gol corriendo con los brazos
abiertos hacia la cámara (“o como Milito que nunca implora”). La tercera, la de
Maradona llorando con la medalla de subcampeón en la final de Italia 90 (“como
Dios que nunca llora”) no solo resulta un quiebre por ser el único personaje
extra-Racing de todo el poema audiovisual, sino porque, al tiempo que la acción
se opone al texto lingüístico, la elección del retratado renueva el sentido del
verso de Almafuerte que entra sin modificaciones desde el poema fuente.
El texto se presenta
como poesía audiovisual y resulta de la selección de versos de poemas de
autores reconocidos reapropiados según un tema elegido por el autor: una
“licuadora poética” –al decir de la profesora que organiza la actividad de
producción y el canal de youtube donde pueden encontrarse la poesías
audiovisual- que mezcla versos propios y ajenos en una propuesta multimodal. La
experimentación recurre a la intertextualidad, pero pone a la palabra en relación
con otros lenguajes que también resultan intertextos resemantizados por el
nuevo lugar en el que aparecen. De allí resulta un complejo proceso de
resignificación de los textos y de los modos de leer en el ámbito digital.
Este texto digital, -que ocurren como parte del trabajo de la materia
Literatura de la escuela media- de la mano de la web en tanto
soporte y nuevos formatos discute los géneros literarios y la tradición escolar
en términos de aquello que puede ser pensado como un objeto de enseñanza que se
entiende como lo literario. Las características
formales, el soporte, los géneros, los modos de circulación quedan bajo la
lupa: los textos digitales interrogan a la institución literaria cuando asoman
en el espacio público que abre Internet. E interrogan al mismo tiempo -porque
son parte de un trabajo escolar- qué es
aquello que debe ser enseñado cuando la escuela media dice que enseña
literatura.
jueves, 18 de junio de 2015
sogas
Foro virtual. Los alumnos van subiendo
borradores del trabajo. Se trata de escribir el capítulo de un manual
hipotético que pudiera ser utilizado para enseñar lengua y literatura en la
escuela media. Tienen, además, que participar en los textos de los compañeros:
leerlos, proponerles soluciones a los problemas, comentarles los trabajos,
acercar otros textos…en fin, colaborar con los textos de los demás. Eso no está
sucediendo. Cada alumno sube su borrador, pero ignora los de los otros. De
pronto…aparece este mensaje: “Perdón por entrometerme en tu trabajo” escribe un
alumno a su profesora en el foro. Después de las disculpas, comenta trabajos de
sus compañeros y les hace propuestas para mejorarlos y continuarlos. Algunos
compañeros se animan con esta primera intervención colaborativa y se lanzan a
corregir otros escritos antes aún de exponer los suyos, como un modo de ir
armándose ideas de cómo llevarlos a cabo. “A tirarnos una soga unos a otros”
declara entonces alguien en el foro… como si la situación de aprender fuera
similar a estar en la cubierta tormentosa de un barco que naufraga.
Creo que, a partir de esta brevísima
escena virtual, una puede asomarse a las dificultades que se plantean en
un espacio curricular de una institución formadora de docentes (que de una de
ellas se trata) cuando una se pone a repensar los lugares de profesor y alumnos
en relación con la apropiación del saber y las posibilidades que se abren
cuando este conflicto se produce en un grupo que se está formando precisamente
para ser docentes. Cuál es el trabajo del profesor y cuál el de los alumnos,
cómo se relaciona ese trabajo con el saber o cómo se reconfiguran esas
representaciones cuando se está aprendiendo acerca de los saberes
disciplinares, los saberes didácticos y la constitución del rol docente son las
preguntas que cercan un modelo anquilosado y, a la vez, difícil de remover.
Como en el juego de la oca, avanzar cuatro, cinco casillas implica casi
necesariamente retroceder dos o tres. Al mismo tiempo que se animan con la
producción de un manual propio que podría ser llevado en el futuro a las aulas
que los tendrán como docentes, estos futuros docentes encuentran dificultades
para asumir el lugar de las decisiones que dejan en manos de su propia docente
que parece erigirse, a su pesar, en la única voz autorizada para señalar qué sí
y qué no en la cubierta de un barco en la que de pronto se descubren sogas.
Tirar las sogas parecería funcionar como una ayuda entre pares a la vista de la
docente que las promovió desde la idea de una construcción solidaria de cada
capítulo de manual. Este ayudarse aparece como un modo de salvataje y no como
la necesaria modificación de los modos de enseñar y aprender que se venían
discutiendo desde la construcción del manual.
Visibilizar este conflicto para poder
pensar acerca de por qué ocurre es el modo que encontré para intentar seguir
avanzando un par de casilleros más hacia otra manera de posicionarse frente a
la enseñanza sin perder de vista que retroceder uno o dos es solo volver a la
tranquilidad de lo conocido que tironea como un modo seguro en las prácticas
docentes de alumnos y profesores.
viernes, 12 de junio de 2015
Suscribirse a:
Entradas (Atom)