sábado, 27 de junio de 2015

siento orgullo del pasado del mañana y del presente



“Siento orgullo del pasado del mañana y  del presente /siento orgullo de esta hinchada, soberana y diferente/ Si para conseguir lo conseguido tuviste que soportar lo soportado/ ustedes dejen la vida en la cancha nosotros dejamos la vida la dejamos alentando/No se den por vencidos y procedan/ como Dios que nunca llora/ o como Milito que nunca implora/Siento orgullo verdadero, neutral y muy profundo/porque Racing siempre será el primer campeón del mundo/ Porque después de todo he comprendido que/ se goza bien de lo gozado porque siempre después de todo te das cuenta de que has ganado” (T.S.)

La voz del poeta, que se reconoce como parte de la hinchada pero recita en una modalidad escolar,  acompaña a las imágenes de la cancha llovida de papelitos, de jugadores en pleno juego o festejando, de la hinchada alentando, de formaciones de los equipos en diversas épocas. Tres imágenes rompen la isotopía del conjunto y crean un efecto de sorpresa y extrañamiento: la del DT (2009) en una foto bajada de un programa televisivo con un pie que declara: Racing volvió a perder. Caruso no se da por vencido (“no se den por vencidos y procedan”); la de Milito festejando un gol corriendo con los brazos abiertos hacia la cámara (“o como Milito que nunca implora”). La tercera, la de Maradona llorando con la medalla de subcampeón en la final de Italia 90 (“como Dios que nunca llora”) no solo resulta un quiebre por ser el único personaje extra-Racing de todo el poema audiovisual, sino porque, al tiempo que la acción se opone al texto lingüístico, la elección del retratado renueva el sentido del verso de Almafuerte que entra sin modificaciones desde el poema fuente.

El texto  se presenta como poesía audiovisual y resulta de la selección de versos de poemas de autores reconocidos reapropiados según un tema elegido por el autor: una “licuadora poética” –al decir de la profesora que organiza la actividad de producción y el canal de youtube donde pueden encontrarse la poesías audiovisual- que mezcla versos propios y ajenos en una propuesta multimodal. La experimentación recurre a la intertextualidad, pero pone a la palabra en relación con otros lenguajes que también resultan intertextos resemantizados por el nuevo lugar en el que aparecen. De allí resulta un complejo proceso de resignificación de los textos y de los modos de leer en el ámbito digital.

Este texto digital, -que ocurren como parte del trabajo de la materia Literatura de la escuela media- de la mano de la web en tanto soporte y nuevos formatos discute los géneros literarios y la tradición escolar en términos de aquello que puede ser pensado como un objeto de enseñanza que se entiende como lo literario. Las características formales, el soporte, los géneros, los modos de circulación quedan bajo la lupa: los textos digitales interrogan a la institución literaria cuando asoman en el espacio público que abre Internet. E interrogan al mismo tiempo -porque son parte de un trabajo escolar-  qué es aquello que debe ser enseñado cuando la escuela media dice que enseña literatura. 

jueves, 18 de junio de 2015

sogas



 JEAN LOUIS THÉODORE GÉRICAULT - La Balsa de la Medusa (Museo del Louvre, 1818-19).jpg
Foro virtual. Los alumnos van subiendo borradores del trabajo. Se trata de escribir el capítulo de un manual hipotético que pudiera ser utilizado para enseñar lengua y literatura en la escuela media. Tienen, además, que participar en los textos de los compañeros: leerlos, proponerles soluciones a los problemas, comentarles los trabajos, acercar otros textos…en fin, colaborar con los textos de los demás. Eso no está sucediendo. Cada alumno sube su borrador, pero ignora los de los otros. De pronto…aparece este mensaje: “Perdón por entrometerme en tu trabajo” escribe un alumno a su profesora en el foro. Después de las disculpas, comenta trabajos de sus compañeros y les hace propuestas para mejorarlos y continuarlos. Algunos compañeros se animan con esta primera intervención colaborativa y se lanzan a corregir otros escritos antes aún de exponer los suyos, como un modo de ir armándose ideas de cómo llevarlos a cabo. “A tirarnos una soga unos a otros” declara entonces alguien en el foro… como si la situación de aprender fuera similar a estar en la cubierta tormentosa de un barco que naufraga.

Creo que, a partir de esta brevísima escena virtual, una puede asomarse a las dificultades que se  plantean en un espacio curricular de una institución formadora de docentes (que de una de ellas se trata) cuando una se pone a repensar los lugares de profesor y alumnos en relación con la apropiación del saber y las posibilidades que se abren cuando este conflicto se produce en un grupo que se está formando precisamente para ser docentes. Cuál es el trabajo del profesor y cuál el de los alumnos, cómo se relaciona ese trabajo con el saber o cómo se reconfiguran esas representaciones  cuando se está aprendiendo acerca de los saberes disciplinares, los saberes didácticos y la constitución del rol docente son las preguntas que cercan un modelo anquilosado y, a la vez, difícil de remover. Como en el juego de la oca, avanzar cuatro, cinco  casillas implica casi necesariamente retroceder dos o tres. Al mismo tiempo que se animan con la producción de un manual propio que podría ser llevado en el futuro a las aulas que los tendrán como docentes, estos futuros docentes encuentran dificultades para asumir el lugar de las decisiones que dejan en manos de su propia docente que parece erigirse, a su pesar, en la única voz autorizada para señalar qué sí y qué no en la cubierta de un barco en la que de pronto se descubren sogas. Tirar las sogas parecería funcionar como una ayuda entre pares a la vista de la docente que las promovió desde la idea de una construcción solidaria de cada capítulo de manual. Este ayudarse aparece como un modo de salvataje y no como la necesaria modificación de los modos de enseñar y aprender que se venían discutiendo desde la construcción del manual.

Visibilizar este conflicto para poder pensar acerca de por qué ocurre es el modo que encontré para intentar seguir avanzando un par de casilleros más hacia otra manera de posicionarse frente a la enseñanza sin perder de vista que retroceder uno o dos es solo volver a la tranquilidad de lo conocido que tironea como un modo seguro en las prácticas docentes de alumnos y profesores.